Agua de nieve es la primera novela de Concha Espina en la que su autora toma como protagonista a una mujer, después de la que fue su primera obra La niña de Luzmela, una joven dependiente aún de las decisiones de su familia. Agua de nieve precede en el tiempo de su composición y publicación, además, a La esfinge maragata, novela que, en la fusión de lo individual con la problemática social en la que se ve envuelta la protagonista, dará gran fama internacional a su autora, que obtiene con ella el Premio Fastenrath. Pero en Agua de nieve Regina de Alcántara es una mujer que está empezando a vivir y se enfrenta a la toma de decisiones de todo tipo, inmersa también en su regreso al pueblo de su familia, que la espera entre anhelante, curioso y a la expectativa de noticias. Será ella la que altere la tranquilidad entre pacífica y tediosa de sus convecinos, y la que despierte entre ellos antiguas ideas y sentimientos casi olvidados. Las magníficas descripciones de los viajes de Regina, su curiosidad, su interés, su opinión y cambiantes sentimientos sobre la maternidad, la familia, el amor o la amistad se asoman entre las líneas de esta novela cosmopolita y cántabra, y que puede estar inspirada, aunque sea muy parcialmente, en algún aspecto biográfico de su autora.