?No se debería hablar del horror sin antes comprenderlo, máxima que el dramaturgo Heiner Müller expuso en su texto Cuarteto, y Diego Palacio, en consecuencia, estudia este horror en forma de virus para exponerlo desde otras perspectivas, desde otras miradas: la suya propia y la de los intérpretes. La universalidad del hecho devino en esta reafirmación antes mencionada, y la distancia transcurrida permitió no solo hablar del miedo, también dar espacio a la ironía, al sarcasmo. A desmenuzar a ese ser social en esa circunstancia y resaltar la verdadera naturaleza del ser humano en las situaciones de conflicto: empatía o cretinismo?. M.A. Mañas