Un clásico indispensable para entender la historia de Europa y la construcción de la identidad nacional. Una obra monumental.

Francia alcanzó la unidad nacional mucho más tarde de lo que se cree. Durante más de cien años tras la Revolución, la mitad de la población eran campesinos en un mundo sin tiempo, con una existencia similar a la de las generaciones anteriores, y cada pueblo tenía su propio francés. No fue hasta el siglo XX, mediante la modernización de carreteras y ferrocarriles, la industrialización y la escolarización, cuando empezó a erigirse una identidad nacional y homogénea que aglutinara a todas las clases sociales bajo una misma unidad y espíritu. Este ensayo ágil, ingenioso y provocador describe magistralmente el proceso por el que Francia se convirtió en La Patrie que hasta entonces solo había sido de nombre.