Los druidas son los sacerdotes de la antigua religión céltica. Hombres muy instruidos que ocupaban un lugar muy importante en la sociedad. Eran personajes importantes y polifacéticos, siendo descritos por muchos autores como magos, adivinos, sacerdotes, médicos/curanderos, botánicos/ herbalistas, políticos, consejeros reales, pedagogos, y árbitros o jueces en temas legales. Eran, además, filósofos y teólogos muy respetados y estimados. La capacidad de los druidas para lanzar conjuros o encantamientos era proverbial como, así mismo, la de preparar eficientísimas pócimas de amor. Los druidas controlaban tanto el culto privado como el público, poseyendo también atribuciones sobre la justicia, la diplomacia y la guerra. Validaban la elección de los magistrados y discutían temas bélicos en los bosquecillos sagrados (o nemeton) que regían, lugares éstos donde además celebraban ritos y ceremonias religiosas.
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