Detalls del llibre
Esta nueva edición de la que con la Historia de las cruzadas es su mejor obra (Austral ya la publicó en 1973) cuenta con un inesperado prólogo de Antony Beevor, en el que el historiador de otros tantos sitios aterradores y épicos (Stalingrado, Berlín) alaba el trabajo de Runciman y recuerda que la gesta de Constantinopla ha inspirado a numerosos narradores, entre ellos a Tolkien, iluminado para sus batallas y sus héroes por el agónico ocaso de 1453 junto al Bósforo. El lector de El Señor de los Anillos no dejará de encontrar similitudes entre el asedio de Constantinopla y el del Abismo de Helm. Ello no es extraño, pues la caída de Constantinopla es el paradigma de asalto bárbaro en la mentalidad occidental hasta el punto de que se puede rastrear el eco del colosal derrumbe de sus murallas bajo la artillería de Urban -el cañonero de Mehmed- en el colapso de las Torres Gemelas.
Utilizando de manera magistral las fuentes, como la crónica de Frantzés, secretario de Constantino, Runciman recrea maravillosamente el ambiente crepuscular de Constantinopla, la mezcla de decadencia, melancolía, miedo y coraje, el coraje de la desesperación -7.000 defensores contra los 80.000 efectivos del ejército turco-, que espesaba la atmósfera de la ciudad en sus horas postreras. Sobre ese telón se mueven, de nuevo de carne y hueso, los personajes familiares del drama, Constantino Paleólogo -"inexpugnable en su pena", como lo describe el poema que le dedicó Elytis-, el valiente pero cuestionado genovés Giustiniani, el noble castellano Francisco de Toledo, que cayó peleando junto al emperador, los catalanes del cónsul Pere Julià, masacrados en la defensa de la muralla oriental, sobre el Mármara, o el megaduque Lucas Notarás, decapitado tras la derrota al negarse a que el sultán se refocilara con su bello hijo adolescente.
Sir Steven Runciman (1903-2000) fue uno de los mejores historiadores medievalistas del siglo XX. Nacido en Northumberland y nieto de Lord Runciman, un magnate naviero, la fortuna que heredó de éste en 1938 le permitió abandonar su puesto de profesor en Cambridge, donde asimismo había estudiado, y dedicarse a la investigación y a los viajes. Volvió a la enseñanza durante un breve periodo (1942-1945), como catedrático de Historia y Artes Bizantinas en la Universidad de Estambul.
Sin duda el mayor experto de su tiempo en Bizancio, su conocimiento de numerosas lenguas (al parecer dominaba el latín a los seis años y el griego a los siete, a las que fue añadiendo el árabe, el turco, el persa, el hebreo, el siriaco, el armenio, el georgiano, el ruso y el búlgaro) le valió para consultar fuentes poco conocidas, durante la escritura de su obra más famosa, la extraordinaria Historia de las Cruzadas, en tres volúmenes.
Fue compañero y amigo de George Orwell, se codeó con el Grupo de Bloomsbury, tuvo amistad con la novelista Edith Wharton, se rumoreó que durante la Segunda Guerra Mundial había trabajado como espía en Bulgaria (aunque él siempre lo negó), y siempre se sintió atraído por lo sobrenatural, hasta el punto de atreverse a leerles la fortuna a varios reyes y reinas en las cartas del Tarot. Era un gran bromista, un excelente conversador y disfrutaba enormemente con el chismorreo, sobre todo -como buen historiador- con el de las épocas más remotas. Si la Historia de las Cruzadas es su libro más célebre, La caída de Constantinopla 1453 es probablemente el más intenso, apasionante, elegiaco y personal de todos ellos.
- Enquadernació Tapa dura
- Autor/s Runciman, Steven
- ISBN13 9788493365622
- ISBN10 8493365629
- Pàgines 150
- Any Edició 2006
- Idioma Castellà
La caída de Constantinopla 1453
- Autor/a Steven Runciman
- Editorial REDONDA
- ISBN 9788493365622
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