Pensamos con imágenes y esquemas que la mente produce y entiende. Es el invento de nuestras neuronas, que trabajan en redes y circuitos a una velocidad endiablada. Nosotros tenemos una capacidad limitada para captar este destello mental que estalla de pronto: 16 bit/seg. Deslumbrados por este chispazo, no hemos visto la idea. Ellas no se ven. Se sienten. Y eso es la sensibilidad: una emoción creativa, innovadora, que puede llegar a transformar el significado del mundo. Joan Costa aborda el reto de ayudar a pensar. Y lo hace combinando el rigor, la imaginación y la experiencia, y también -por qué no- la ironía y la provocación. La nueva edición actualizada y ampliada de este libro redobla la indagación iniciada por Costa sobre un hecho real pero del que no somos conscientes: pensar es producir formas mentales. Sí. Las ideas tienen forma: invisible, intangible y efímera.