Podemos situar a Nathaniel Hawthorne, sin la más mínima duda, en el pódium de los mejores prosistas clásicos estadounidenses, compartiendo trono con Edgar Allan Poe, Herman Melville o, incluso, Henry James o Mark Twain. Su estilo es elegante, profundo y ampliamente pulido, y «un autor tan veraz como lo permite su talento», como él mismo comentaría en alguna ocasión. Ambientada en la Nueva Inglaterra del siglo XVII, esta novela es un canto a la libertad en contraposición a los rígidos preceptos morales de la época. Sin embargo, su crítica social y enseñanza tienen tanto valor hoy como entonces, de ahí la vigencia de estas letras y esta historia. Hester Prynne es la mujer de un comerciante que comete adulterio en ausencia de su marido. Sin posibilidad de ocultar este hecho, a causa de un embarazo, es juzgada y condenada a llevar en su pecho la letra A, de adulterio, como símbolo de su pecado. Motivo por el cual quedará marcada, pública y privadamente, de por vida.