El interés por nuestro pasado y los temas prehistóricos ha despertado curiosidad, no sólo entre los científicos, sino también entre el gran público. Un hecho sorprendente fue y es, constatar que numerosos pueblos prehistóricos trepanaban el cráneo, cuando aún estaban en la Edad de Piedra. Ha transcurrido casi un siglo y medio desde que el cirujano francés Pierre P. Broca descubriera el primer cráneo trepanado, procedente de Yucay, que sus contemporáneos, teniendo en cuenta el gran riesgo que entrañaba la trepanación craneal, tardaron en aceptar. Sin embargo, fue más sorprendente constatar que multitud de pueblos prehistóricos habían practicado la trepanación y que algunos pueblos primitivos de África aún la practicaban. Hoy sabemos que multitud de pueblos de todo el orbe han trepanado y en todos los períodos desde el Neolítico. Está demostrado que se podía trepanar con sus escasos medios, pero las discusiones más importantes provienen al intentar valorar, qué conocimientos tenían y cuáles fueron los motivos que les indujeron a esta práctica.Estudiar en profundidad estas incógnitas, con especial referencia a la Península Ibérica, relacionándolas con las del resto del mundo y con un criterio objetivo, ha sido la finalidad de este libro, insistiendo en las tecnologías empleadas, problemática que plantean y cuál fue su motivación, siempre desde una vertiente científica y eliminando cualquier vestigio de fantasía.
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