Nunca estamos, ya sabemos cuando las estatuas están mejor vistas y avanzan más deprisa que nuestros recuerdos si los zapatos son de cal y escaso presente si el futuro es la bruma dibujada por un tubo de escape Nunca estaremos si el cuerpo besa con el alma apagada si pestañeamos a golpe de youtubesi el paraíso existe porque puedo comprarlo si los puertos no tienen barcos y sólo sueñan con otro USB Nunca estaremos si eludimos la lágrima y no dudamos en abrocharnos los bolsillos si las manos giran como alicate alrededor de una garganta contigua nunca estaremos allí donde la piel se aleja del sudor contiguo nunca estaremos os lo aseguro Nunca, nunca estaremos si la voz sólo es el cajón espasmódico de un estadio de fútbol o el voto repetido como consigna o la consigna como consigna y entonces como cámara de gas