Nené vivía en un mundo blandito y de colores. En la escuela estudiaba muchas cosas: a dar los mejores abrazos, trucos de magia, cantar, pintar, leer cuentos.... Nené hacía todo bien. Bueno... casi todo. Había algo en lo que era un poquito patoso. Cuando la música sonaba era incapaz de seguir el ritmo. El problema era que el Gran Día se acercaba,. Ese día era importantísimo, todos se han estado preparando desde que nacieron para ello,, y si no aprendía a bailar bien, todos sus amigos menos él, cruzarían la gran puerta. Nené lo intenta, pero le resulta complicado. Es que... no se puede ser bueno en todo, ¿no?