A principios de los años sesenta , la célebre «visión de rayos X» del ilustrador Robinson se posaba sobre una de las ciudades más bellas del mundo: París. El trazo firme del ingenioso dibujante describe la capital francesa meticulosamente, cuidando cada detalle. Línea a línea, dibujo a dibujo, recorre tanto los edificios más emblemáticos e históricos de la ciudad como los pequeños rincones llenos del encanto que forjaron la leyenda del París romántico. Una asombrosa vista aérea de la Rive Droite, el ajetreo y bullicio de los Champs-Élysées, un espectáculo en el Moulin Rouge, la torre Eiffel o las calles animadas del Barrio Latino—, nada se escapa a la mirada minuciosa de Robinson que consigue reflejar la atmósfera única de la «cuidad de la luz» que sigue cautivando cada año a sus visitantes.