Cipriano y Ahinara se conocen después de la toma de Barcelona por los ejércitos nacionalistas. Él es un oficial del ejército franquista; ella, una bella barcelonesa empleada en una fábrica textil, y el amor surge con una fuerza inusitada. Ahinara queda embarazada, pero el militar es trasladado obligatoriamente a su Tenerife natal, siendo destruidos los planes de futuro de la pareja a causa de la Operación Pilgrim durante dos penosos años. La separación forzada sublima la pasión de la pareja distante, incrementada con el nacimiento de su hijo, pero la desmilitarización del joven y el deseo de un pronto reencuentro es truncada irremediablemente. A pesar de la adversidad, el inmenso amor continúa incólume en la pareja. Al pasar los años, el pequeño Cipriano, ya crecido, ha de enfrentarse a una vida sin padre que termina conduciéndolo por derroteros que nadie podría haber previsto, llegando incluso a cruzar todo el Océanos Atlántico para encontrarse con el que será su verdadero destino.