El orden que busca Basilio Ogami, el inquieto protagonista de la novela, sólo puede construirse con amor. Las palabras escritas en sus memorias no son una mera descripción de los sucesos que unieron a su amada, Amri Aiduj; también son símbolos que describen la sabiduría del amor. El budismo japonés, el hinduismo, la mística islámica, la masonería alquimia cristiana son los motivos de reflexión que utiliza Raimon Arola para construir un relato en el que rezuma el pensamiento tradicional sobre los misterios de la muerte, el amor y la vida.