El centenario del llamado desastre de Annual constituye una ocasión interesante para volver sobre aquellos sucesos que sacudieron profundamente a la España de la Restauración, y que han quedado impresos indeleblemente en las generaciones siguientes. En esta ocasión pretendemos aportar una perspectiva amplia para facilitar la comprensión del contexto y el devenir histórico en el que aconteció aquel terrible episodio. La relación entre España y la región del Rif procede de muy antiguo. La Península Ibérica fue durante siglos una encrucijada de civilizaciones y culturas. En el último cuarto del siglo XIX creció el interés por las tierras al otro lado del estrecho. Intelectuales como Joaquín Costa apelaron a los lazos que unían a España con Marruecos, exaltando los aspectos en común y entendiendo el estrecho, más como un elemento de separación, como un río que unía ambos territorios.

La carrera imperial en África y la política de bloques de la Paz Armada en los años previos a la Gran Guerra, llevó a España, bajo presión, a establecer un protectorado en la zona norte de Marruecos, un territorio sobre el que tradicionalmente los sultanes apenas habían tenido ningún tipo de control. Las autoridades españolas heredaron ese problema, sufriendo además su amplificación. El establecimiento del protectorado fue tremendamente complicado. Conjugó deficiencias político-económicas estructurales de la potencia protectora, complejas negociaciones con las cabilas y campañas militares prolongadas que supusieron muchas pérdidas en vidas humanas (guerra del nueve, campañas del Kert, guerra contra El Raisuni, etc). Desde este punto de vista Annual constituyó el cénit de un increíble cúmulo de errores políticos y militares. Pero con todo no fue el final del protectorado. La debacle exigió un cambio de estrategia y un replanteamiento que terminaría coronándose con el exitoso desembarco de Alhucemas cuatro años más tarde, y la pacificación definitiva del protectorado en 1927.