En la cárcel de Santiago de Compostela, en el verano de 1936, un pintor dibuja el Pórtico de la Gloria con un lápiz de carpintero. Los rostros de los profetas y de los ancianos de la Orquesta del Apocalipsis son los de sus compañeros republicanos de presidio. Un guardián, su futuro asesino, lo observa fascinado. La historia de ese lápiz, conductor de memorias, portador de almas, continuará hasta nuestros días. Después de "La lengua de las mariposas", cuento incluido en ¿Qué me quieres, amor? (Premio Nacional de Narrativa 1996), Manuel Rivas retoma el hilo de la tragedia española, la guerra que estremeció el mundo y marcó la historia del siglo XX. Pero El lápiz del carpintero no es una novela más sobre la guerra. Trata de la vida de los hombres y las mujeres en el lado más salvaje de la historia. Trata de la fuerza del amor ocupando el hueco abismal de la desesperanza. Con el lápiz del carpintero, con las manos de las lavanderas, con el dolor fantasmal de los amputados, con la belleza tísica de los enfermos va tejiéndose la red de la realidad inteligente. Aquí el lenguaje se confunde con el aliento de la vida, con el código Morse de las vísceras. Una novela escrita desde hoy y para siempre.