Dice el Diccionario académico que «apostilla» es «acotación que comenta, interpreta o completa un texto». Sin embargo, estas Apostillas de Elena Diego deben su título a la humildad y mesura de su autora, porque son mucho más que «comentarios, interpretaciones o compleciones de textos», y no solo porque se refiera en ellas a otros muchos autores ?aunque Gerardo Diego sea el hilo que lo hilvana todo?, sino también porque apostilla mucho más que textos, informándonos de razones íntimas de vida, de esa vida que late bajo los textos y que nos llega de su mano gracias a su condición privilegiada de primogénita del gran poeta y de haber vivido junto a él más de media vida.Estas Apostillas son, en buena medida, fruto de la fértil travesía de la Fundación Gerardo Diego y evidencian para el lector avisado el papel decisivo que Elena ha tenido en el rescate de la obra y la figura de su padre, como eficaz cuidadora del archivo y la memoria viva del poeta. El lector agradecerá estas visiones de Gerardo Diego desde dentro, desde la intimidad, y degustará los preciados condimentos que las aderezan, así como la elegancia y la pasión que las sostienen, disfrutando del privilegio de los recuerdos compartidos.