A un chico llamado Emanuel le encantan los pingüinos. Y resulta que un vecino suyo tiene un pingüino y no sabe qué hacer con él. Perfecto, ¿no? Todo encaja. Emanuel consigue su pingüino y aquí se acaba la historia. Solo que las cosas nunca son tan simples, porque detrás de cada historia (y delante de ella) se esconden muuuuchas otras. Por ejemplo, la historia de cómo llegó el pingüino a esa casa. O la de cómo, un día no muy lejano, se enamorará de una gata. O la que explica por qué a Emanuel le atraen tanto los pingüinos (una historia tan escondida que ni siquiera el propio Emanuel se acuerda bien de ella). O la de por qué le cae tan bien su profesora sustituta, con sus ojos azules y sus siete pecas sobre la nariz...