Juliana Morell (Barcelona, 1594-Avignon, 1653), intelectual de gran proyección en la Europa de su tiempo, decidió con dieciséis años ingresar en el convento, donde sería priora tres años después. Su condición de niña prodigio, instrumentalizada por su padre y su extraordinaria vida y obra la han convertido en icono de La Renaixença catalana y personaje fundamental en la historia de las mujeres, tan necesitada de estudio, tras años de silencio.

Este libro analiza la vinculación entre Juliana y su padre, la decisión de salir de la órbita paterna para entrar en el convento de Santa Práxedes y su singular papel histórico de conjunción de las fuerzas religiosas de comienzos del siglo XVII, un laberinto donde confluyen jesuitas, dominicos y carmelitas, damas nobles francesas e italianas, la propia reina de Francia, la española Ana de Austria, casada con Luís XIII, y diversos papas. La biografía de Juliana presenta a una mujer de excepcional inteligencia emocional y capacidad de interrelación que propició la difusión del catolicismo en Francia frente a cualquier heterodoxia.