La joven Elizabeth, llamada Betty, nacida en gales en la pobreza de la Revolución Industrial, en 1802, logra llegar a Londres. Allí encuentra un joven, audaz como ella, hijo de un pastor anglicano, y tienen una hija: Daphne. Jugados por jugados aceptan una tarea comercial: desarrollar un remoto lugar de interés para el reino en el sur de América. En 1837 Betty ya vivió el equivalente a varias vidas, viuda y con su hija del amor y la circunstancia, Dafne. Se ha transformado en una comerciante muy especial al servicio de Lord Bertrand. Sus largos y peligrosos periplos mesopotámicos no son casuales. Un día encuentra a un italiano, un fugitivo carismático y misterioso, Giuseppe Garibaldi.