La distancia de la que habla Belén Gopegui en estos artículos que pueden ser cuentos, o cuentos que pueden ser artículos, se va borrando a medida que escuchamos su voz, tan próxima, tan urgente, tan púdica en su descaro, tan impúdica en su búsqueda de verdad. El tono confesional de sus ideas, que escapan a lo común y lo popular, nos obliga a nosotros mismos a confesarnos.

Esta magistral e inteligente muestra de su prosa, que se acurruca a la perfección en la incomodidad de nuestro desconcierto de hoy, nos proporciona dos o tres huellas con que seguir el camino. Severa con el mundo pero amable con los que lo habitan, Belén Gopegui nos regala aquí trozos de espejo con los que reconstruir nuestro rostro.