El libro está organizado en cuatro partes que agrupan de forma equilibrada los distintos capítulos que componen la obra. Una primera sección recoge reflexiones de carácter general sobre el papel de la sociedad y de los movimientos sociales en la democratización española, así como el análisis de lo sucedido en otros países que experimentaron también procesos de transición. En una segunda parte se incluyen los estudios sobre las organizaciones de trabajadores y de empresarios, prestando atención –en el caso del movimiento obrero- tanto a una visión de conjunto como a cada una de las principales tendencias. El tercer bloque está dedicado a los denominados “nuevos movimientos sociales”, con aproximación a las asociaciones de vecinos, los estudiantes, la Iglesia, las mujeres, los pacifistas y los marginados. Finalmente, el libro concluye con una serie de estudios dedicados a las características que definen la situación en comunidades autónomas como Cataluña, País Vasco, Andalucía, Asturias, Castilla-La Mancha y Murcia.