El viajero que se aproxime a las sierras de Guadarrama y Ayllón verá unas simples barrera de roca, de perfiles suaves, sin apenas la forma de crestas características de las cordilleras. Montañas largas y grises en la distancia que se yerguen de pronto desde las llanuras mesetarias. Una característica de la sierra es la pequeña diferencia de altura entre puertos y collados con respecto de los picos. En realidad, los pasos, en su mayor parte, no son más que suaves depresiones de las cuerdas montañosas, nunca una profunda escotadura flanqueada por gigantes pétreos, al estilo piremaico o alpino. Así, en Guadarrama, los puertos de Navacerrada, La Fuenfría o Cotos rondan los 1.800 m, sólo unos 500 o 600 por debajo de los latos de las Guarramillas, el Montón de Trigo o Siete Picos. Las comunicaciones siempre han sido muy difíciles, complicando el acceso al interior de la sierra y el establecimiento de poblaciones.