Es fácil ser amable... Basta con dar las gracias. Regalar una sonrisa. Ofrecer ayuda. Cuando eres amable, los demás también lo son. La amabilidad es una cualidad preciosa que todos poseemos. Se puede practicar en cualquier lugar y con cualquier persona, no requiere compromiso, estudio o sacrificio, y hace sentir bien a quienes la practican y a quienes la reciben. ¿No es increíble? Un cerdito dulce, divertido y sobre todo, muy amable, nos da las claves para ser buena persona.