Los salmos son fuente perenne de oración inspirada. Los he vivido a través de los años en tromentosa relación de entusiasmo loco, secreta intimidad, estudio reposado, alejamiento temporal y reconciliación ferviente. Para mí, escribir un libro sobre los salmos era algo inevitable. La única duda en mi mente, mientras las semillas del fruto germinaban a escondidas dentro de mí, era qué clase de libro iba a salir. Pronto caí en la cuenta de que yo no escribiría un frío comentario, sino una versión p...