Escribir es volver a casa de Antonio Soler. Escribir es un largo camino para llegar al punto de partida. Al origen. Una odisea humilde, más parecida a la del Leopold Bloom de James Joyce que a la de Ulises, pero que igualmente está regida por lo incierto, lo azaroso, y, sobre todo, por el espíritu de búsqueda. Uno necesita volver a esa casa primera enriquecido por el viaje, transformado, cargado de experiencias que den sentido a lo que antes permanecía desajustado y sin explicación. Para enteder quiénes éramos en el punto de partida, y quiénes somos en el regreso. La escritura, por tanto, es comprensión, revelación, luz. Conocimiento.