Como indica Nacho Vegas en el prólogo que aporta al primer poemario de Alicia Rodríguez, "con este libro Alicia nos dice que no quiere callarse, que no le da la real gana. Cuando pronuncio la palabra Silencio / la destruyo, escribió Wislawa Szymborska. Y eso es precisamente lo que hace Alicia, destruir el silencio, destruir algo que es sombrío para crear con ello algo que está lleno de luz, aunque se trate de una luz muchas veces teñida de amargura".

Fénix es precisamente eso: amor, desamor, amargura, esperanza, desengaño y búsqueda de luz. Fénix sitúa a Alicia Rodríguez en un merecido primer plano del panorama poético en castellano.