Las burbujas de Freixenet se han convertido en uno de los símbolos que desde hace años marcan el inicio de las navidades. Detrás, una compañía, y una historia, que merece estar dentro de las más reconocidas del tejido empresarial del país: Freixenet cuenta actualmente con 22 bodegas en tres continentes y siete países, comercializa sus vinos en un total de 144 mercados, con un nivel de facturación de más de 500 millones de euros anuales y emplea a unas 1.900 personas en el mundo. Pero el camino no estuvo exento de grandes retos, desde la expropiación durante la guerra civil, la guerra del cava, hasta la última recesión económica de 2008.