Acabada la guerra civil, el régimen inventa una legislación represiva especial, mediante la cual genera el marco legal oportuno para la persecución arbitraria, incoando expedientes por Responsabilidades Políticas e imputando delitos con carácter retroactivo, entre otros, por masonería. Una política discriminatoria para con los enemigos al perseguir caprichosamente a todo aquel considerado sospechoso. Un modo de inventar a un enemigo contra el que mantenerse en guardia y legitimar la farsa del régimen a costa de flagrantes aberraciones jurídicas puestas en marcha por tribunales militares y fuerzas vivas acólitas. Una auténtica patraña jurídica de dimensiones colosales, de la que víctimas como el propio escritor valenciano fueron doblemente victimizadas de forma inmisericorde: primero asesinado con la sublevación militar, y luego juzgado falsamente por masón. El libro analiza el hallazgo de expediente por masón a M. Ciges Aparicio, incoado avanzada la posguerra, y trata de poner luz a tan espeluznante desvarío jurídico, indagando en su obra y en su vida cualquier posible relación con las logias.Al aclarar los avatares de este expediente inaudito, lo hemos contextualizado en el periplo vital del propio autor encartado: guerra de Cuba e independentismo colonial, anarquismo, anticlericalismo, republicanismo, literatura, periodismo, política, sociedad; y, cómo no, en su obra por ser su último libro de memorias Del periódico y de la política (1907) el que aluda parcial e explícitamente, en términos autobiográficos, a la masonería. En clave internacional, la pérdida de la guerra por su aliado Hitler, y la consecuente caída del eje absolutista al que Franco se había alineado, llevará a una intensificación del miedo exterior creando una auténtica «Segunda Cruzada» el Régimen con la que salvaguardar sus esencias patrias mediante este tipo de acusaciones, en el escritor del todo infundadas.