La autora, docente en la Universidad de Barcelona antes de ser profesora de la Universidad de Aguascalientes (Méjico), ha vivido intensamente desde adolescente las discotecas, incluyendo trabajar bailando en ellas. Su convencida defensa de estos espacios lúdicos y su conocimiento de la influencia que tienen en la formación afectiva y sexual la han llevado a investigar y clarificar qué podemos hacer para evitar todo lo que fomenta el aprendizaje de la violencia y potenciar todo lo que faculta el aprendizaje del amor. En este libro, realiza un análisis con gran rigor científico y elabora propuestas de superación de algunas actitudes y comportamientos que generan aceptación de malos tratos físicos y psíquicos.