En este estudio teórico sobre la abstracción en la arquitectura, el primero de su tipo, Pier Vittorio Aureli aboga por reconsiderar la abstracción, sus significados y sus fuentes. Aunque los arquitectos normalmente han interpretado la abstracción en términos formales —la reducción deliberada de las complejidades del diseño a lo esencial—, Aureli demuestra que la abstracción surge de las condiciones materiales de la producción de edificios. En este texto se presenta la abstracción en la arquitectura no como una tendencia estética, sino como un movimiento que surge de las divisiones modernas del trabajo y las consecuentes asimetrías sociales. 

Estas divisiones fueron anticipadas por la arquitectura de la Antigüedad, que estableció una distinción entre trabajo manual e intelectual colocando el primero al servicio del segundo. Más abstracciones aparecieron a medida que la geometría, utilizada para medir territorios, se convirtió en intermediaria entre la tierra y el dinero, y finalmente produjo la lógica de la retícula. En nuestra época, la abstracción arquitectónica sirve a la lógica del capitalismo bajo la premisa de que todas las cosas pueden intercambiarse; incluso la experiencia misma es una mercancía. Para resistir este giro, Aureli busca una crítica de la arquitectura que se sitúe en la práctica material.