La autora nos lleva de la mano a descubrir el saber no reconocido que sustenta la práctica de la Terapia de Vidas Pasadas.

Nos invita a reflexionar sobre la influencia cabalista que mora en sus entrañas, a darnos cuenta que por los poros de este arte se respira el oxígeno de la Cábala.

Dentro de este marco es que hay que situar la insistencia en que las personas logren conocer el por qué y el para qué, el motivo y el sentido que llevó al alma de cada quien a encarnar en la escuela de la Tierra. En este momento, en este lugar, en estas relaciones y con estos pendientes de otras vidas.

Esta idea conduce a un corolario significativo: la persona debe asumir la tarea de concentrar toda su energía en lo esencial de su existencia: encontrar el sentido de su vida. Porque, ¿qué vida se tendría si no se conoce su propósito y significado?

Sin embargo, conocer el sentido de la vida, reconocer los procesos interiores que nos llevan a saber, a erradicar la ignorancia, disipar las tinieblas de nuestra sombra y aprender las lecciones que el alma vino a aprender, requiere dar un paso previo: ser fiel a uno mismo.

Esta llave abre el proceso por el cual el alma realiza su propia rectificación, lleva a cabo su «tikún». Así, todo converge y fluye correctamente.

Un libro que narra la estructura de una cosmovisión que da significado a la labor trascendente de una terapéutica.

Un libro lúcido, sólido, profundo, vivido y cuestionador.