Católicos del bando rojo rompe muchos clichés de la etapa franquista y también de años recientes. Recoge las historias de un buen número de personas destacadas -Manuel de Irujo, los generales Batet, Escobar, Rojo, Luis Lúcia, Manuel Carrasco i Hormiguera, José Bargamín, Claudio Sanchez Albornoz, Ventura Gassol, el padre Patxi.- que, sin abdicar de ser católicas y en algunos casos afirmándolo de forma rotunda y explícita, siguieron fieles a la República durante la guerra. No se trata sólo de bautizados ni tampoco de los que únicamente se acogieron a las ayudas de la religión in artículo mortis, a punto de morir, como muchos de los que iban a ser ejecutados, sino de quienes eran reconocibles como católicos por su vida y sus actitudes.

Son «católicos del bando rojo», no los católicos de dicho bando, que son muchos más. La mayoría de estos católicos que permanecieron con la República mantuvieron fidelidad en la doctrina cristiana y gran rectitud en su vida personal. Uno de ellos está beatificado y de otro está abierto el proceso. A criterio del autor más de uno de los reseñados podría ser beatificado y otros merecen el reconocimiento a su ejemplaridad.

Esta minuciosa obra de investigación ayuda a clarificar un aspecto poco conocido y distorsionado de la Guerra Civil. De la investigación realizada se concluye que en esta guerra hubo más católicos contra católicos de lo que hasta ahora nos podíamos imaginar.

Católicos del bando rojo es una mirada hacia atrás sin ira, sin partidismo, sin mentalidad de trinchera, sin utilizar la historia como arma política, buscando la verdad y la justicia al narrar los hechos, pero sin juzgar a nadie y teniendo claro que la palabra clave para unos y otros es «perdón». En éste radica la victoria de todos.