La Cruz de la Victoria es una novela histórica sobre los últimos años del Reino Asturiano, antes de que su capital se traslade de Oviedo a León. En ella, su autor, Pablo Vega, intenta, como en él es habitual, divulgar y popularizar la historia del Reino de Asturias, utilizando la vida de, para algunos historiadores, el último (aunque quizá no es exactamente así), y también, posiblemente el más importante y trascendente de sus reyes: Alfonso III, «el Magno». Dividida en dos partes diferenciadas, en la primera asistimos al período de formación del futuro rey, en el que los ejemplos y enseñanzas de su padre. Ordoño I, y de sus parientes mayores, los condes Gatón y Rodrigo, van forjando el carácter y la personalidad del futuro monarca, imbuyéndole del sentido del deber, responsabilidad y aceptación de su destino como soberano del más importante de los reinos cristianos de Hispania, sucesor del reino godo de Toledo. En la segunda, con Alfonso portando ya la corona, vemos como esos condicionantes chocan, a veces, con sus relaciones familiares con su esposa Jimena y con sus hijos, hasta llegar al amargo final que le reservaba la historia. También, como resulta obligado al describir la vida en Hispania en esos tiempos, nos asomamos a los conflictos políticos y familiares del emirato cordobés, y asistimos a la elaboración de la joya que da título a la novela, al tiempo que acompañamos al rey magno en su último viaje.