En la década de 1950, Heinrich Böll partió con su esposa a Irlanda en un viaje de tres años, de 1954 a 1957, lejos de una Europa que se recuperaba de la guerra. Este Diario irlandés es el recuento de lo que allí vio: una sociedad sin jerarquías, bajo una pobreza digna, que se batía a otro compás; un territorio de prados, musgos, mares y olores verdes; de cines como catedrales y de catedrales como cines; el país que vio nacer a Joyce, Beckett y Swift. Este diario es una recolección de escenas y episodios que en apariencia no guardan relación, pero que al final se revelan como las piezas de un puzle que comprende a Irlanda en un todo armónico. La obra se cierra con un anexo escrito trece años después, en el que Böll hace un recuento de lo que ha cambiado para siempre, y las razones del fin de la inocencia. Una obra de un maestro de la prosa, en la que se pone de manifiesto por qué en 1972 la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura, y por qué hizo de la Isla Esmeralda su segundo hogar. Heinrich Böll (Colonia, 1917 - Langenbroich, 1985) fue uno de los escritores alemanes más importantes del siglo XX, y el cronista crítico fundamental de la historia de la Europa de posguerra. Durante el régimen nazi marchó a un campo de trabajo. En 1939 fue reclutado para la Wehrmacht, el ejército alemán. Durante la Segunda Guerra Mundial luchó en Francia, Rumania, Hungría y la Unión Soviética. En 1945 fue recluido en el este de Francia, donde fue hecho prisionero por el Ejército estadounidense. Desde 1947 publicó artículos de prensa y escribió dramas radiofónicos. A partir de 1951 se dedicó exclusivamente a la escritura y a la traducción, y pasó largas temporadas en Irlanda. En 1971 fue elegido presidente del PEN Club Internacional y en 1972 recibió el Premio Nobel de Literatura. Entre sus obras destacan El tren llegó puntual (1949), Y no dijo una palabra (1953), Casa sin amo (1954), Diario irlandés (1957) y Opiniones de un payaso (1963).