Frithjof Schuon, autor de más de veinte libros filosóficos y de poesía y, sin duda, el máximo representante de la Sophia Perennis en nuestro tiempo, aborda en este ensayo la cuestión de la sexualidad afirmando de entrada que un aspecto tan fundamental del hombre no puede quedar excluido de la vida espiritual. El punto de vista de Schuon se sitúa en la perspectiva primordial que, basándose en la naturaleza intrínseca de las cosas, afirma que el acto sexual es un sacramento «naturalmente sobrenatural» y que el éxtasis sexual comunica al hombre una experiencia de la unión mística, un «recuerdo» del Amor divino. Pero el amor humano no deja de ser un reflejo ambiguo del Amor divino, y en esta ambigüedad es donde reside todo el problema. La posición de las distintas religiones respecto a la sexualidad, al papel del hombre y de la mujer, la del exoterismo y la del esoterismo, es consecuencia de esta ambigüedad, y el autor pasa revista a estos distintos enfoques y explica su razón de ser. Finalmente, en unos párrafos luminosos, Schuon explica cómo se integra la sexualidad en la vida espiritual en función del misterio de la exterioridad con miras a la interioridad, o de la forma con miras a la esencia.