Este proyecto tiene como punto de partida el haibun tradicional japonés. No se puede negar que la visión del objeto artístico está condicionada por la tradición moderna occidental, siempre tan dispuesta a huir de lo previsible. A reaparecer de una forma completamente diferente.Luis Vioque es un fotógrafo de la naturaleza. Su mirada limpia y sutil encuentra, en este sentido, referentes en Josef Sudek o en las dunas y demás paisajes de Edward Weston. En otro sitio, Josep M. Rodríguez trata de definirla con la expresión «panorámica íntima», que casi parece un oxímoron, una contradicción. Porque lo panorámico es Wagner o Turner o los bulevares de Pissarro. Lo íntimo, en cambio, es Chopin y Vermeer y Hopper y Ella Fitzgerald. Luis Vioque consigue unir esos dos alejados extremos. Y al hacerlo, domestica el mundo. Las imágenes usurpan en este libro el lugar que correspondería a los fragmentos en prosa del haibun, primordialmente testimoniales y descriptivos. Imágenes que se acompañan de poemas escritos con voluntad de concisión, algo que siempre ha sido una obsesión para Josep M. Rodríguez. Son poemas con voluntad de concisión pero que tan pronto coquetean con el haiku como con otras formas de lo breve: aforismo, microrrelato?