Durante los dos siglos largos en los que la dinastía Habsbúrgica gobernó en Europa asistimos al nacimiento de la Historia del Arte como disciplina que, en su enfoque vasariano, aspiraba a otorgar a los pintores la primacía de las artes sobre los demás artistas reconociendo, así, su rango intelectual. La pintura y el genio antes que todo. De ahí, que otras facetas de la producción artística, desde la joyería a la tapicería, solo por citar dos ejemplos, vieron disminuida su presencia en el sistema de las artes y en su consecuente proyección literaria en el universo de la corte. Así perdimos (por lo menos una parte) lo que Giorgio Agamben ha definido bajo el concepto de imbricación.

Este libro nace de una reflexión colectiva en torno a este planteamiento y por la apuesta de recuperar los contextos específicos correspondientes a cada obra o a cada autor, desarrollando lo que Fernando Checa ha definido como el modelo Habsbúrgico de las artes, entendido en una dimensión complementaria respecto al de Vasari. En ese sentido no pretendemos sustituir un modelo con otro, sino vislumbrar en la trama, en la urdimbre y, sobre todo, en las costuras de esa historia del arte tal y como la conocemos, otras y más novedosas opciones de comprensión de los objetos artísticos.