Gran parte de la documentación que evidencia el papel de psiquiatras y antropólogos en la planificación del exterminio fue cuidadosamente eliminada por sus protagonistas, pero quedaron las notas marginales, los informes secundarios destinados a tareas rutinarias. Es a  partir de ellos que Benno Müller Hill pudo reconstruir la lógica de funcionamiento de la maquinaria médico-científica encargada de la aniquilación bajo el régimen nazi.

“Lo que unía a psiquiatras y antropólogos bajo el régimen nazi era la partici­pación en el exterminio de los otros, de los inferiores. Sostengo la tesis de que fue una idea genial de Hitler establecer las condiciones marginales, pero no los planes para la completa destruc­ción. Vemos a los burgueses hombres de ciencia avanzar vacilantes pero sin pausa, paso tras paso, hacia el respectivo objetivo final. No todos seguían la totalidad del camino. Los que se apartaban, ce­rraban los ojos. O mejor, se cegaban a sí mismos. Nada querían saber esos hombres de ciencia, y así se llegó a la singular comunidad de esos ciegos destructores, que siguieron el camino hasta la aniquilación final.”