“Todos podemos alcanzar un grado razonable de felicidad, independientemente de las coordenadas de tiempo o lugar en las que nos encontremos”. “El nivel de felicidad al que podemos aspirar es siempre superior al que tenemos en el presente: las cosas pueden no mejorar, pero sí puede hacerlo nuestro modo de aproximarnos a ellas”. A lo largo de la existencia nos interrogamos muchas veces sobre nuestro grado de felicidad. Es, en fin, la única aspiración, la sola ilusión en la que todos estamos plenamente de acuerdo: nadie hay que desee conscientemente no ser feliz. Eso manifiesta el grandísimo interés que toda persona tiene sobre esta cuestión: En ella, de algún modo, nos va la vida. En este libro, Javier Fernández Aguado, suficientemente conocido por sus numerosas publicaciones en el campo del Management, nos lleva a un terreno novedoso: el argumento es la felicidad, pero la trama es el sentido común en la vida cotidiana. Ningún tema se elude, y un variadísimo cuadro de situaciones de cada día es aprovechado por el autor para hablarnos de la felicidad y... de la sensatez. Este trabajo muestra que hay un modo de vida que hace posible la felicidad. Y el libro induce a la reflexión, a la vez que entretiene. Bastantes veces saltará a los labios del lector una sonrisa porque, probablemente, se verá reflejado. En ningún momento se sentirá “reñido”, pero sí quizás estimulado a reformar algunos comportamientos que le desvían de esa felicidad plena a la que todos aspiramos.