Dennett desnuda la paradoja que hace incompatibles libre albedrío y determinismo, y postula una cierta libertad de elección: los seres humanos somos artefactos biológicos que podemos reaccionar a nuestro entorno con acciones racionales y responsables.

No demos alas al miedo: el fatalismo es antievolutivo. Creer en la libre elección es la condición necesaria para ser libres. Estas son las respuestas de Daniel C. Dennett a las viejas preguntas: ¿Somos libres? ¿Existe la libertad de acción o sólo somos máquinas, cuyo motor es el determinismo biológico, evolutivo, materialista? Si nuestra sensación de libertad —el abismo intuitivo entre nuestra vida mental interior y la realidad física— es sólo una ilusión de nuestros cerebros mecánicos: ¿cómo puede existir responsabilidad individual, moral y ética?

La filosofía de la mente de este ateo radical nos ayuda a escapar del fatalismo y la desesperación relativista de nuestra época; no tenemos libertad absoluta de comportamiento pero tenemos control sobre él. Nuestra sensación de libertad ha sido seleccionada porque es útil para nuestra supervivencia: el arte de la autodefinición, el esfuerzo del pensamiento para modelar la realidad están premiados por la evolución.

Daniel C. Dennett se doctoró en Oxford en 1965. Es especialista en filosofía de la mente, biología evolutiva y memética. Desde 2017 es codirector del Centro de Ciencias Cognitivas de la Tufts University de Massachusetts. Editorial Gedisa ha publicado también La actitud intencional y Contenido y conciencia.