Adam Jeffson es el primer hombre en llegar al Polo Norte. Para conseguirlo ha mentido, ha sido cómplice de un envenenamiento y ha matado a sangre fría. Pero, sobre todo, ha desobedecido un mandato divino: el Polo Norte es un páramo vedado a la especie humana. Cuando, exultante, inicia el camino de retorno, descubre que su ruta está marcada por un macabro rastro de cadáveres. Una muerte fulminante y silenciosa parece haber sorprendido a la humanidad bajo la forma de una nube púrpura. Adam se convierte así en el último hombre vivo, y quizá en el amo del mundo.