Entre 1959 y 1963, Georges Perec y algunos de sus amigos analizan y reconsideran un proyecto de revista, bautizado La Ligne Générale (La línea general), en referencia al film de Eisenstein. El grupo de La Ligne Générale fue una nebulosa de límites inciertos: de una a varias decenas de participantes, todos muy jóvenes (entre dieciocho años y treinta años) en su mayoría estudiantes, frecuentemente miembros del Partido Comunista y aún más con frecuencia en proximidad conflictiva con este.

De esta revista que nunca vio la luz, se presentan aquí los fragmentos dispersos más sustanciales, aquellos que fueron redactados parcial o totalmente por Georges Perec. Si bien el grupo de La Ligne Générale perecquiana pecó de idealismo intelectualista, sus modelos no tenían nada de insensible. En una mezcla de optimismo y voluntarismo, esos textos expresaban un sueño de plenitud, de vida amplia que mostraba la palabra "felicidad" que volvía con insistencia. "Felicidad" con la cual se exploraban las imágenes, contradictorias o no, tanto en la vida cantada y danzante de la comedia musical norteamericana, como en lo grandioso de Eisenstein o incluso en la risa de Rabelais, Swift o Queneau. A través de los textos de este volumen, se ve como se ponen en marcha los pilotes sobre los cuales Perec va a edificar lo esencial de su obra, con evidentes constancias en la elección de los hilos conductores. Novelas tan diversas como Las cosas, Un hombre que duerme, W o el recuerdo de infancia y La vida: instrucciones de uso son odiseas de la conciencia que encuentra aquí uno de sus orígenes.