En su libro más reciente, el antropólogo francés David Le Breton aborda un aspecto central del cuerpo humano: la faz.

Rostros lleva por nombre este volumen de 269 páginas, dividido en nueve capítulos y una bibliografía sumaria, que pone en juego disertaciones acerca de varios de los cuantiosos imaginarios que pululan en torno a la historia simbólica de la cara.

El autor, ideólogo de moda en los estudios sobre lo corporal gracias, especialmente, a dos de sus títulos precedentes, Antropología del cuerpo y modernidad (Buenos Aires, Nueva Visión, 1990) y Adiós al cuerpo (México, La Cifra, 1999), viajó a la capital de Argentina para presentar su nuevo libro dentro del marco de la trigésimo sexta Feria Internacional del Libro. Ante un auditorio repleto, Le Breton consignó la idea central del estudio: el rostro es el territorio complejo del Yo. Por un lado, es zona intransferible de la individualidad; en segunda instancia, el receptáculo del otro que lo atestigua y, de este modo, le da plena existencia. Se trata de un ámbito problemático, quizás el lugar más humano del hombre.

Las relaciones del rostro con lo sagrado, con el poder (y por tanto, con la legalidad), con el plano simbólico, con el tejido social, con su propia ambigüedad, con las herramientas y operaciones que lo ocultan y transforman, con los ideales estéticos y con la desfiguración son las etapas temáticas que conforman el itinerario antropológico de Le Breton en este libro, entregado al lector de habla hispana en una traducción suficiente y sin corrector ortográfico (primera edición: no existe ninguna previa en idioma original), y en una edición apenas presentable, de cubiertas horrendas.