No deja de ser paradójico el contraste existente entre la universalidad de la pulsión sexual y la escasez de datos contrastados acerca de la misma. Y es que, a pesar de que el impulso sexual determina, directa o indirectamente, buena parte de nuestro comportamiento, siguen existiendo gran cantidad de preguntas sin contestar acerca del mismo. ¿Qué ocurre en aquellos individuos que no «funcionan sexualmente»? ¿A qué se debe un impulso sexual débil? ¿Existe un equivalente femenino de la impotencia «orgánica» masculina? ¿Por qué investimos con capacidad erótica a una serie de estímulos y no a otros? ¿Cómo influye el estrés cotidiano y la ansiedad en el impulso sexual? ¿Qué lleva a determinados individuos a cometer crímenes sexuales? ¿Qué hace que algunas mujeres puedan ser multiorgásmicas? ¿Existe un equivalente en el hombre? ¿Puede el varón producir una erección «a voluntad»? Este libro viene a llenar una importante laguna, en el mundo de habla hispana, acerca de la investigación científica y sus aplicaciones a la clínica de la sexualidad humana. En él se describen instrumentos, métodos y procedimientos a seguir a la hora de realizar registros psicofisiológicos, algo imprescindible para completar la visión subjetiva del propio individuo en un campo tan cargado de prejuicios. Se presentan, asimismo, los primeros datos que se van obteniendo a través de esta metodología a la hora de contestar algunos de los interrogantes antes apuntados.