Joaquín Sorolla es uno de los grandes nombres de la pintura española del siglo xx y una de sus referencias obligadas. Es el creador de una de las imágenes más rotundas y exultantes de la España luminosa y mediterránea, optimista y moderna. Junto con Velázquez y Goya, Sorolla es, probablemente, el artista español más querido y popular. El vínculo de Sorolla con FUNDACIÓN MAPFRE es muy estrecho: en 1996 celebramos una gran exposición monográfica sobre el pintor; dos años después, en 1998, se presentó una audaz muestra que contraponía a Sorolla y Zuloaga como grandes representantes respectivos de la España blanca y la España negra de fin de siglo. A lo largo de los años en los que FUNDACIÓN MAPFRE realizó, a través de sus exposiciones, una cuidadosa puesta al día de los grandes artífices y los principales temas de la modernidad en España, Sorolla estuvo muy presente en nuestras salas de exposiciones, enriqueciendo con su brillante pintura las muestras Jardines de España, A la playa, Mujeres pintadas, Luz de gas... En 2008, cuando inauguramos estas salas de exposiciones en el paseo de Recoletos, Sorolla volvió a ser uno de los protagonistas de España 1900, una muestra que organizamos también, en 2011, en el Musée de l’Orangerie de París. La presente exposición descubre al Sorolla cosmopolita que conquistó el escenario norteamericano, al pintor que supo proyectar el arte español en los Estados Unidos durante los primeros años del siglo xx. Por primera vez, la determinante vinculación de Sorolla con los Estados Unidos, cuyos grandes museos y coleccionistas privados adquirieron buena parte de las obras más destacadas y representativas de la época de plenitud del pintor, se convierte en objeto de una importante muestra, realizada en colaboración con el Meadows Museum de Dallas y el San Diego Museum of Art. Quiero mostrar mi agradecimiento a nuestros socios en esta exposición, y concretamente a los respectivos patronatos, directores y equipos de dichas instituciones, especialmente a Mark A. Roglán, director del Meadows Museum de Dallas, y a Roxana Velasquez, directora del San Diego Museum of Art. No puedo dejar de expresar mi reconocimiento a la comisaria, Blanca Pons-Sorolla, por su enorme esfuerzo y entrega al proyecto. Finalmente, quiero agradecer la participación de todas las instituciones y colecciones particulares que, con su generosidad, han contribuido a la grandeza de esta exposición, y de manera muy particular a la Hispanic Society of America.