Obra fundamental para estudiar las relaciones que la Iglesia católica mantuvo con el régimen nazi.

La cuestión que aquí se plantea es la siguiente: ¿se enfrentó la Iglesia de forma contundente con la violencia hitleriana o, de lo contrario, los nazis pudieron llevar a cabo el Holocausto al amparo de una Iglesia que había enseñado el desprecio a los judíos durante siglos? El autor se refiere a todo cuanto tuvo que soportar la Iglesia como víctima del régimen nazi y, por lo tanto, cómo se opuso el catolicismo romano al nazismo.

La sorpresa de muchos ante las revelaciones sobre Eichmann o Mengele, probaron que la humanidad está muy lejos de conocer la verdadera magnitud de los crímenes nazis.

Pero aún hay otra confusión no menos grave al respecto. La idea de que la crueldad hitleriana sólo se ejercitó contra los judíos constituye uno de los equívocos más funestos de nuestro tiempo, cultivado astutamente por el nazismo.

Ya lord Russell en su obra El flagelo de la evástica aportó valiosos elementos para demostrar que Europa en su conjunto fue diezmada por la máquina germánica de exterminio.

El presente trabajo de Mario Rosso se refiere específicamente a la sistemática violencia desencadenada contra la Iglesia católica en especial, y cristiana en general, por Hitler y su régimen.

El nuevo paganismo era consecuente consigo mismo, pues justamente se trataba de desarraigar la fe existente para sustituirla por otra que sirviera a los planes implacables de dominio sobre el mundo. El nazismo no se quedó en la teoría y, por el contrario, como aquí se documenta, organizó una agresión permanente contra la Iglesia.

Esto no impide a muchos nazis confesos autocalificarse de católicos. Pero ha de ser difícil sostener esta identidad a la luz de este libro en que sobriamente se exponen hechos terribles en los que el nazismo mostró todo cuanto lo separa del «amaos los unos a los otros».