Detalles del libro
ááááááá Indudablemente han cambiado las cosas, y mucho, para la mujer en los últimos 30 o 40 años. Podemos decir que su presencia en la sociedad ya no es ir de compras, de visita o a cuidar a algún familiar. Ha logrado muchas cosas pero no sin pagar por ello un elevado precio. Y es que a la vez que ha ido asumiendo nuevas responsabilidades no le ha sido fácil aliviar la carga de otras y se ha visto rebasada en no pocas ocasiones. Estamos en una época en la que muchos maridos, parejas, o lo que ustedes gusten, ayudan, echan una mano, pero no comparten. Pues compartir y ayudar son actitudes esencialmente diferentes.
ááááááá Tal vez esa sobrecarga explique muchos nuevos problemas a los que se enfrenta la mujer. Ha pasado de lavar a mano a poner la lavadora, gran logro sin duda. Pero cuando no pone la lavadora la ropa queda sucia casi siempre. El alivio convertido, otra vez, en obligación. La reina sigue siendo la reina de la casa.
ááááááá Sobre el hecho de que el nuevo papel social de la mujer ha sido un logro (¡salir de casa!) no parece haber duda; que ello ha supuesto un plus de obligaciones está fuera de debate. No es extraño así que la salud se quebrante y veamos en la mujer más alteraciones, especialmente, psicosomáticas, que nunca. ¿Dónde estaba la fibromialgia hace 30 o 40 años? ¿Y los trastornos alimentarios? Son dos ejemplos que nos deben hacer reflexionar, profundamente, sobre los aspectos sociales. Hoy, más que nunca, se idolatra la genética y los factores biológicos obviando muchas veces cuestiones sociales tan evidentes que de no ser por la mediación de claros intereses económicos y comerciales, no podríamos entender. Detrás del peso de lo biológico hay muchas oportunidades, tras lo social, muchas dificultades. Podemos acabar pensando que la mujer padece más, esto o aquello, porque las diferencias biológicas así lo determinan. Del mismo modo podría quedar claro el porqué ninguna mujer ha logrado ser presidenta de los Estados Unidos. Son las diferencias, cada uno a lo suyo, sería la síntesis. No resulta incómodo, al menos para el hombre.
ááááááá Y como no compartimos ese sesgo biologicista, determinista,á y no nos parece menos rigurosa la perspectiva social, hacemos hincapié en los factores sociales. Pues, como decía, en los últimos 30 o 40 años, lo social ha dado un vuelco pocas veces conocido en lo que a la mujer se refiere; la genética, la biología, no van tan deprisa.
ááááááá Pero si ha cambiado el papel social de la mujer y vemos patologías "preferentemente" femeninas, lo que más llama la atención es la inusitada violencia ejercida, de mil y una maneras, sobre la mujer. Claro, aquí no vale decir que en los últimos 30 o 40 años han cambiado las cosas. La violencia contra la mujer es cosa de siempre, más oculta, más destapada, mejor vista o más proscrita, pero de siempre. No hay mayor mezquindad que referirse al "oficio más antiguo del mundo" o que "la maté porque era mía". Y es que el lenguaje encierra muchas claves para la comprensión. No hablemos de chistes como el de "dar mayor libertad a la mujer ampliando el tamaño de la cocina". Lo malo no suele ser el chiste sino la carcajada cómplice del coro de borregos que lo disfruta frente a una o más cervezas. Hoy, aá través de la red, nos llegan chistes, fotografías.... "de mujeres" para más coros de borregos. Y algunos de ellos y, a veces ellas, "contraatacan" con chistes "de hombres". Todo eso hace daño pues parece que la violencia, el desprecio, el sexismo... no van con nosotros. Por eso podemos bromear, porque luego cada uno en su casa es una persona antes que un macho. Lo penoso es que no suele ser cierto y que las carcajadas tras el comentario gracioso de turno no son sino una liberación de un inconsciente bastante repleto de "sexo" y "género".
ááááááá La violencia contra la mujer, adulta o niña, hoy aparece en los medios. Tal vez esa es la gran diferencia con respecto a algunos años atrás. Otro logro. Pero muchas veces lo hace de tal forma que al igual que tras oír las noticias de un bombardeo nos tomamos "otra de gambas", parece que "eso" nos queda lejos: es cosa de locos, de inmigrantes, de gente de barrios marginales, de alcohólicos.... porque nuestro vecino es un señor muy respetable. De la prostitución poco hay que hablar, o mucho según se mire. Digo poco pues cuando se habla de trabajadoras, empresas, contratos... no se está hablando de la miseria y la violencia que suponen lo que llaman el "fenómeno de la prostitución". En ese sentido poco tengo que hablar salvo para decir que nos parece una simple perversión de la condición humana.
ááááááá Es deseo del autor que la lectora y el lector logren captar cuánto hay en común en los problemas que tratamos a continuación. Aparentemente dispares, las mujeres los conocen bien. Desgraciadamente, algunas han vivido y viven varios de ellos
- Encuadernación Tapa blanda
- Autor/es Jáuregui, Ignacio
- ISBN13 9788496219830
- ISBN10 8496219836
- Páginas 348
- Año de Edición 2007
- Idioma Castellano
Cuestiones de género. Roles, salud y violencia
- Ignacio Jáuregui
- Editorial CERTEZA
- ISBN 9788496219830