Al principio de la vida, la simpleza de los organismos unicelulares no precisaba de mecanismos reguladores demasiado complicados para su perpetuación. Es el paso siguiente de la evolución, cuando aparecen por primera vez los organismos pluricelulares, es cuando la naturaleza desarrolla los denominados oncogenes. Hace pues, 800 millones de años que el mecanismo intrínseco primordial del cáncer está entre nosotros, lo que le ha permitido desarrollar unos mecanismos extraordinariamente sofisticados de supervivencia.