En esta obra el autor, frente a la mirada más técnica practicada en otros textos, elabora un radical e interesante ensayo sobre la educación y su desenvolvimiento durante las últimas décadas en nuestro país, cuyo objetivo primordial es inducir -sin andaderas- a la reflexión. Desde los conceptos clásicos paideia y humanitas, pasando por la poscultura y la posmodernidad como conceptos clave, vislumbra un panorama patrio nada halagüeño en lo educativo, siempre amenazado por cuotas progresivas de crisis. El análisis del mapa educativo conduce a la necesidad de superar lo que denomina el galopante gatopardismo educativo, legal e ideológico, (cuyo lema sería, cambiar las cosas para que todo siga igual) para redescubrir el concepto profundo de educación que ha quedado en los últimos decenios fagocitado y sepultado de forma penosa por el sistema educativo y sus peajes. La confusión entre el concepto previo de educación y su desarrollo en la arquitectura efímera del sistema educativo, entre la dimensión trascendental y profunda, prepolítica de la educación y la implementación político-administrativa en dogmas del sistema, representa la quiebra de la educación misma y la sumisión a un sistema educativo economicista, cortoplacista y alienado por los vertiginosos cambios sociales. El texto presenta una crítica sin concesiones y refractaria a lo políticamente correcto en educación, desde la que establece su posición inequívoca sobre temas de gran actualidad e interés como el currículum, la memoria, la autoridad, la mercadotecnia de lo emocional o la educación como servicio público. Asuntos básicos que, con demasiada frecuencia, navegan por unas inercias muy resistentes a la reflexión.
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