Aunque los estudios sobre la Universidad han experimentado un crecimiento espectacular en los últimos decenios, casi paralelo al número de alumnos matriculados, las relaciones entre esta institución y el teatro continúan adoleciendo de un escaso tratamiento general en España. Puede que ello se deba a que dichas relaciones han pasado por los más anfractuosos altibajos, los encuentros hayan sido esporádicos, oportunistas o conflictivos y los diferentes aspectos del hecho teatral no merecieron la categoría académica hasta hace muy pocos años. Sin embargo llama la atención tanta ausencia, porque los encuentros y desencuentros de ambas actividades humanas han generado interesantes y llamativos hechos que han viajado desde la total ignorancia o el desdén mutuos hasta el enorme interés actual de las universidades por el teatro del siglo de oro, pasando por la aversión institucional hacia las comedias de hace tan sólo un par de siglos. El hecho es que este tema ha ido estudiado concretándose sólo a unos cuantos períodos, de manera muy específica, de forma tangencial o con cierta superficialidad en casi todos los estudios monográficos e historias de las universidades, creándose un vacío que tratamos de reducir, para un caso concreto, con esta obra.